Parque Natural de Arribes del Duero

En el oeste de Zamora y Salamanca, donde el Duero se hace frontera con Portugal, el río se encajona formando los cañones más profundos y extensos de toda la Península Ibérica durante casi 200 kilómetros. Aquí se localiza el Parque Natural de Arribes del Duero, un espacio privilegiado en el que destaca la belleza agreste de su paisaje granítico y una rica y variada fauna y flora. En 2015 fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera.

El valle que forma el río es un resguardo natural que disfruta de temperaturas más tibias que la Meseta Castellana por lo que posee un microclima que permite el cultivo de viñedos de frontera con Portugal.

Este territorio de la DO Arribes cuenta con una amplia tradición vitivinícola, si bien su existencia no se documenta hasta la Edad Media, como en la mayor parte de la Meseta. Los primeros textos encontrados datan del siglo XIII cuando el Concejo de Zamora impide la venta de vinos de Fermoselle en la ciudad para evitar el perjuicio que eso suponía a sus propios vinos

Las bodegas y galerías subterráneas en Fermoselle, que albergan siglos de historia enológica, se comunican unas con otras de forma laberíntica recorriendo todo el subsuelo de la villa. Actualmente permanecen como espacios vivos que hablan de la elaboración y la preservación del vino en su concepto más clásico. En ellas los habitantes de esta villa elaboraban su propio vino desde tiempos ancestrales.

Fermoselle (Zamora)

Junto a la frontera portuguesa, en lo alto entre los ríos Tormes y Duero, se encuentra la villa de Fermoselle, capital de la comarca de Arribes del Duero, famosa por su arquitectura de aire medieval y sus más de mil antiguas bodegas subterráneas excavadas y mimetizadas en la montaña granítica. Esta localidad zamorana con personalidad propia se ha hecho merecedora de la declaración en 1974 de Conjunto Histórico y Artístico.

Nuestros viñedos se sitúan entre bancales y paredones que se asoman al Duero, y se enraízan en la tierra manteniendo su porte erguido. Los suelos poco profundos, con presencia de granitos y pizarras blandas, producen un perfecto drenaje, acumulándose la humedad con las lluvias estacionales y manteniéndola en las épocas de sequía.

La presencia de estos minerales también actúa como regulador térmico puesto que acumulan el calor durante el día y lo desprenden gradualmente por la noche. Por ello, en nuestras cepas viejas podemos emplear los métodos tradicionales del cultivo de la vid de secano con el aprovechamiento al máximo de las aguas pluviales estacionales.

El laboreo tradicional en ecológico permite airear el suelo, mantener su humedad y aumentar su permeabilidad. Este suelo se mantiene también “vivo” gracias a los beneficios de los insectos cuya labor silenciosa hace que sea más resistente a la compactación y que esté más protegido frente a la erosión.

Nuestros viñedos se sitúan entre bancales y paredones que se asoman al Duero, y se enraízan en la tierra manteniendo su porte erguido. Los suelos poco profundos, con presencia de granitos y pizarras blandas, producen un perfecto drenaje, acumulándose la humedad con las lluvias estacionales y manteniéndola en las épocas de sequía.

La presencia de estos minerales también actúa como regulador térmico puesto que acumulan el calor durante el día y lo desprenden gradualmente por la noche. Por ello, en nuestras cepas viejas podemos emplear los métodos tradicionales del cultivo de la vid de secano con el aprovechamiento al máximo de las aguas pluviales estacionales.

El laboreo tradicional en ecológico permite airear el suelo, mantener su humedad y aumentar su permeabilidad. Este suelo se mantiene también “vivo” gracias a los beneficios de los insectos cuya labor silenciosa hace que sea más resistente a la compactación y que esté más protegido frente a la erosión.